Mantener servicios sanitarios esenciales en pandemia
La OMS publicó directrices para ayudar a los países a mantener los servicios sanitarios esenciales durante la pandemia de COVID19
La pandemia de COVID19 está sometiendo a una gran presión a los sistemas sanitarios de todo el mundo. El rápido aumento de la demanda al que se enfrentan los establecimientos sanitarios y los profesionales de la salud amenaza con sobrecargar algunos sistemas sanitarios e impedir su funcionamiento eficaz.
En brotes anteriores se ha observado que, cuando los sistemas sanitarios se ven desbordados, la mortalidad por enfermedades para las que existen vacunas o tratamientos también puede aumentar drásticamente.
La mejor defensa contra cualquier brote es un sistema sanitario sólido. La COVID19 muestra la fragilidad de muchos sistemas y servicios sanitarios en todo el mundo, y está obligando a los países a tomar decisiones difíciles sobre el mejor modo de satisfacer las necesidades de sus ciudadanos
Subraya el Director General de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha actualizado sus directrices. Esto abarca una serie de medidas inmediatas que los países deberán considerar a escala nacional, regional y local. El objetivo principal es reorganizar y mantener el acceso a unos servicios sanitarios esenciales de calidad para toda la población.
¿Qué hacer?
Los países tienen que determinar a qué servicios esenciales darán prioridad proporcionen el máximo beneficio a la población.
También deberán cumplir las exigencias más estrictas en materia de precaución. Especialmente en relación con las prácticas de higiene y con la puesta a disposición de los suministros adecuados, en particular en cuanto a equipo de protección personal. Esto requiere una planificación sólida y una actuación coordinada entre los Gobiernos y los establecimientos sanitarios.
Algunos ejemplos de servicios esenciales son:
- La vacunación sistemática
- Los servicios de salud reproductiva —incluida la atención durante el embarazo y el parto—
- La atención a lactantes de corta edad y adultos mayores
- El tratamiento de enfermedades mentales, enfermedades no transmisibles y enfermedades infecciosas como el VIH
- El paludismo y la tuberculosis
- Los tratamientos hospitalarios críticos
- El tratamiento de problemas urgentes de salud y servicios auxiliares como el diagnóstico básico por imagen
- Los servicios de laboratorio y los bancos de sangre
Las directrices destacan la importancia de mantener una información actualizada, lo que exige una comunicación frecuente y transparente con la sociedad y una fuerte implicación de las comunidades para que el público pueda seguir confiando en que el sistema responda de forma segura a sus necesidades esenciales y controle el riesgo de infección en los establecimientos sanitarios. Esto ayudará a conseguir que las personas continúen solicitando atención sanitaria cuando sea necesario y sigan los consejos de salud pública.
Fuente original: OMS
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