Existen diversas situaciones que pueden conducir a la IRA.
Para evitar dicho desenlace debemos estar atentos a los siguientes aspectos:
-Identificar individuos susceptibles, como por ejemplo aquellos portadores de una enfermedad renal crónica previa, cáncer, edad avanzada (sobre todo mayores de 75 años), entre otros. Frente a individuos de mayor riesgo es importante buscar la existencia de factores precipitantes como el trauma o quemaduras que puedan desencadenar una IRA.
-Exposición a nefrotóxicos, como por ejemplo AINEs, inhibidores de la bomba de protones o medios de contraste. Lo ideal es evitar su uso, sobre todo en pacientes particularmente susceptibles. La prescripción o indicación individualizada es necesaria, para un uso responsable de estas sustancias.
La monitorización de la creatinina sérica y la diuresis son necesarias frente a la sospecha de IRA, pero debemos recordar que la prevención sigue siendo la estrategia terapéutica más eficaz en ésta patología.
Para saber más sobre este tema los invitamos a ver el siguiente video del Dr. Rolando Claure: